domingo, 15 de abril de 2012

Cerral.

Una risotada de un afeminado cantante que salía en la tele me despertó, me había quedado dormido en el sofá, me incorporé vagamente, me limpié las babas y bostecé sonoramente. A penas llevaba unos calzoncillos sucios puestos sobre mi gordo y velludo cuerpo. Aproveché para comer algo de lo que quedaba encima de la mesa y apagué la tele.
Eran las cinco de la mañana, demasiado temprano como para quedarme despierto, fui al cuarto de baño sumido en la oscuridad de la noche, me senté a ciegas en la taza y cagué con la extrañeza de no escuchar el típico ‘clunk’ al caer la sustancia, sino un extraño ‘pruf’. Encendí la luz y a primera vista vi lo que parecía un váter cubierto de sangre, pero realmente no era sangre, era más espeso y tenía burbujas, se movía como si estuviera hirviendo.
Por un momento pensé que eso había salido de mí, pero estaba seguro de que había sido una mierda más compuesta lo que había salido de mi culo. Tiré de la cadena, pero en lugar de agua salió más de esa extraña sustancia, me asomé a la cisterna y vi que hay también había más, cogí un poco con la mano y me la acerqué a la cara para olerla, dado que me sonaba el olor probé un poco con la lengua y escupí acto seguido, no tenía ni idea de lo que era.
Cerré el váter y me acosté.
Al cabo de unas horas desperté, me dolía el estómago, estaba mareado, fui al váter el cual había olvidado que estaba contaminado de esa extraña cosa y empecé a vomitar, al principio pensé que iba a vomitar esa extraña sustancia, pero solo vomité sangre, hice fuerzas para expulsarlo todo, tantas que los ojos parecían que se me iban a salir de las cuencas y de repente con terror pude ver como expulsaba lo que parecían ser mis vísceras… quise gritar pero no tenia aire, no podía respirar, me caí dejando reposar la cabeza sobre la cisterna y cerré los ojos para siempre.

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