sábado, 24 de diciembre de 2011

Mal tiempo.

Jack se despertó de repente al oir un atronador sonido en la calle junto con el retumbo enloquecido de los cristales… saltó de la cama sobresaltado y descorrio las cortinas rapidamente, pero solo se encontró con el bullicio del agua cayendo sobre las calles. Siguió allí de pie viendo como se iluminaban las calles a cada instante con los relampagos antes de mirar el reloj, demasiado tarde cómo para volver a dormir, pero demasiado pronto para salir. Se desperezó y comenzó la rutina de todas las mañanas empezando por ir al baño, su reflejo en el espejo dejaba ver las ojeras en sus grandes ojos marrones, tenía el pelo negro y despeinado que le caía por los hombros, aun teniendo veintidos años su rostro aparentaba mucho más, quizás debido a las noches sin dormir gracias a los examenes.
Salio a la cocina donde se encontraba su compañera de piso, Leslie, con una taza de café caliente entre sus manos. De su misma edad, llevaba el pelo corto de color rubio oscuro, sus ojos eran verdes aunque tambien su rostro mostraba los significativos detalles de la vida de estudiante.
-Menuda tormenta ¿Lograste dormir algo? -le dijo ella girandose al verle entrar.
-Si, me acaba de despertar ahora, pensé que se caía la casa, ¿Y tu has dormido hoy? -dijo sirviendose él tambien una taza.
-No, he vuelto a tener pesadillas y la tormenta tampoco ayudó mucho… No sé si voy a poder aguantar mucho más así, tantos días sin dormir y solo estudiando no debe ser bueno.
-Tranquila -dijo acercandose a ella para rodearle con el brazo que le quedaba libre -solo nos quedan cuatro meses y habremos acabado los estudios, hemos llegado hasta aquí juntos, no iras a rendirte ahora ¿No?
Ella sonrió y le abrazó calidamente.
Vivían en la casa de Jack, en un barrio tranquilo, fue heredada de su abuelo y permaneció vacía desde su fallecimiento, hasta que decidió mudarse allí junto con su amiga Leslie cuando decidieron comenzar la carrera juntos.
-¿Qué vamos a hacer? El coche está en el taller y con esta tormenta ir a la universidad andando es una locura.
-Pero no podemos perder clase, hoy vendran a darnos la conferencia y no nos la podemos perder, cuenta para nota, tengo que ir, yo no llevo las notas como tu y no puedo permitirme faltar ni un día. -dijo en tono preocupado.
-Lo más seguro esque la cancelen, pero no te dejaré ir sola, lo mejor será que llame un taxi…-dijo volviendo a la habitación para coger el movil -si hay alguno trabajando… -añadió en voz baja.
Ella se acercó a la ventana para ver la tormenta, no había ni un alma en la calle, quizás por la tormenta o quizás por la hora, aun no había amanecido y a esa hora solo se levantaban los estudiantes de la universidad.
Un nuevo relampago irrumpió en la oscuridad de la mañana, pero esta vez no fue continuado solo de los grandes truenos que hacían vibrar los cristales de toda la casa, sino tambien por el sonido de la madera al resquebrajarse y un gran estallido en lo que parecía ser el interior de la casa.
-¡JODER! Eso ha sido en el sótano -exclamó Jack bajando apresuradamente las escaleras, Leslie fue detrás suya y ambos vieron lo que había pasado, el árbol que había detrás de la casa gobernando la zona del patio a la que Jack hubiera querido convertir en una piscina si tuviese dinero se había caído sobre la casa abriendo un agujero entre el sótano y el primer piso dejando caer a su paso una cascada de agua y barro.
-¿Por qué diablos los árboles siempre caen hacía donde hay casas? -dijo Jack retirando lo más rapido que podía los estantes que estaban justo debajo del recien abierto agujero. -Aún no he podido leer ni uno de los libros que dejó mi abuelo, no pienso dejar que me los pasen por agua. ¿Puedes ayudarme a subirlos?
-Jack, yo… -respondió Leslie.
-Oh claro, es cierto, la universidad, no importa creo que puedo solo, pero no podré acompañarte y en la compañía de taxis me dijeron que no había ninguno disponible.
-No importa, iré andando aunque tenga usar tres chuvasqueros juntos -dijo dedicandole una sonrisa a Jack, este se giró y le puso una mano mojada en el hombro.
-Ten mucho cuidado ¿Vale? Y vuelve pronto para ver si puedes ayudarme con esto. -dijo volviendo a su tarea.
-Claro, ahora nos vemos, Adios -dijo subiendo las escaleras.
Jack intento sacar todos los libros y cajas del sótano mientras este se hinundaba a gran velocidad, subiendo cajas enteras y amontonandolas en el pequeño pasillo que había en la casa y parte de salón, llenandolo todo de barro.
Tardó casi cuatro horas en lograr sacar todo del sótano dejando nada más que muebles vacíos, suciedad, lodo y agua que llegaba hasta las rodillas.
Poco despues de mudarse Jack estuvo ojeando las cosas que habían en el sótano que tambien habían quedado como herencia junto a la casa, los libros la mayoría eran novelas antiguas escritas por su abuelo, junto con numerosos diarios que relataban su vida día a día desde distintos puntos de vista psicologicos. Jack admiraba a su abuelo por su gran sabiduría y desde pequeño solía ir a verlo para que le leyera los libros que escribía exclusivamente para él, sobre fantasías de mundos inventados y que aun guardaba en una de las pequeñas estanterías de la habitación de su memoria.
Decidió salir afuera cuando paró de llover para cortar la parte del árbol que aun asomaba por el sótano, pero antes quiso dedicarle unas fotos para el perito del seguro, cogió la cámara sacó unas cuantas desde la escalera del sótano y luego salió a la calle.
El jardín parecía haberse consumido con la lluvia, había una gran rotura de tierra atravesando de lado a lado el jardín hundiendolo hacía el agujero de la casa, y en medio de todo gobernandolo como lo hacía antes el gran árbol, pero esta vez lo hacía en su lecho de muerte. Estaba volcado en el suelo, con la copa deshojada clavada en la casa y las raices que antes estaban clavadas con firmeza en el suelo entre su jardín y la valla del vecino ahora asomaban deslumbrantemente en el aire dejando totalmente destrozada la frontera entre las dos casas , tampoco le importó mucho este detalle ya que siempre había odiado el aspecto de tener una valla metalica en su jardín, pero no podía quitarla ya que no era suya y tampoco podía cubrirla porque no tenía aun dinero para ese tipo de gastos. Supuso que la caída se debía a las lluvias y el movimiento de tierra así que simplemente sacó otras cuantas fotos desde distintos ángulos y volvió al interior para soltar la cámara en un lugar seco y recoger el hacha que antes solía estar en el sótano, pero que ahora yacía sobre la pared del pasillo rodeada de decenas de cajas mojadas.
Resultaba que la tarea no era tan facíl como pensaba, la madera parecía ser hierro y aun estando mojada por más que Jack ponía toda su empeño no era capaz nada más de arañarla.
Se sentó sobre el tronco un momento para descansar, el sol ya había salido hace ya rato dejando atrás el aspecto nublado que tenía la mañana, entonces se acordó de su amiga y se preguntó si habría llegado bien. Normalmente cuando hacía ese tiempo catastrófico decidían quedarse en casa estudiando o cogían el coche si no se había inundado aún la calle que salía de la casa.
Días atrás mientras estaban en clase un hombre perdió el control de su coche y fue a estrellarse contra el de Jack perdiendo la vida, por lo que llevaban varios días llendo andando hasta la universidad los dos.
Jack intento volver a su tarea de talar, pero con un simple hacha no iba a poder mas que cortar las pequeñas ramificaciones que entraban. Miró la hora y penso que sería mejor gastar su tiempo en preparar alguna comida caliente para la vuelta de Leslie que seguro que vendría mojada e intentar limpiar algo de lo que había ensuciado, dejando así la tarea de retirar el árbol a los bomberos para cuando vinieran a drenar el sótano. Pero su camino fue interrumpido por Marion, el vecino de al lado, al cual no tenía mucho apreció, pero era algo mutuo, al parecer había tenido problemas de hace mucho con su abuelo mientras vivía y este siempre contaba lo que le hacía a los padres de Jack, bueno sus hijos, al parecer era uno de estos vecinos sensibles a los mas ligeros ruidos, y su abuelo que siempre tenía la radio, dado que esa era la fuente de su inspiración, recibía continuamente llamadas y visitas molestas que en algunas ocasiones eran violentas, incluso en una ocasión lanzó un periodico ardiendo al monton de hojas secas que se amontonaban cada otoño bajo el gran árbol.
-Tu árbol ha roto mi valla, y eso lo vas a tener que pagar tu, y no me costo barata precisamente -dijo poniendose delante mia en tono desafiante impidiendome avanzar hasta la entrada de la casa.
-No se cuanto tiempo llevará ahí ese árbol, pero no pienso pagarte por esa vieja verja de metal oxidada, ya pondré yo una en condiciones cuando tenga algo de presupuesto.
-De eso nada, esa verja me la pagas, has sido tú el que la has roto.
-¿Insinuas a caso que soy un gran dios de la naturaleza que ha hecho que llueva y se caiga el árbol? -dije en tono sarcastico abriendome hueco entre él y la pared -Deja de decir tonterias, no pienso pagarte nada y no hay nada más que decir.
-Ya te las verás conmigo -dijo terminando la conversación.

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